La Torre de la Malmuerta, un emblemático monumento en el Campo de la Merced de Córdoba, es un testigo imperturbable de la rica historia de la ciudad. Construida durante el reinado de Enrique III, la torre sirve como una atalaya acogedora, su majestuosidad y su historia resonando en las paredes de la antigua estructura albarrana en la que se fundó. Sin embargo, a pesar de la valiosa herencia que encarna, el estado de conservación de la Torre de la Malmuerta deja mucho que desear, como indica la Asociación Vecinal de la Malmuerta en un informe reciente.
El Ayuntamiento de Córdoba había cedido los derechos de uso de la torre a la asociación vecinal, que ha estado trabajando incansablemente para llamar la atención sobre el deterioro de la estructura. En 2007 y 2018, la asociación hizo un llamamiento a las autoridades para que se tomaran medidas para preservar la torre. A principios de 2021, el Informe Técnico de los Servicios de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Córdoba también subrayó la necesidad de realizar obras de mantenimiento para garantizar la integridad de este histórico monumento y la seguridad de las personas que transitan por su arco.
A pesar de las promesas de reformas y un diagnóstico que debería haber desembocado en un plan de acción de restauración, la Gerencia de Urbanismo no ha hecho realidad estas propuestas. La torre, que se enfrenta a condiciones climáticas adversas y a la contaminación ambiental, necesita desesperadamente una serie de reparaciones parciales para frenar su deterioro. El costo prometido para estas reparaciones fue de 40.00 euros, una cifra que aún no se ha materializado.
Entre las áreas más dañadas de la torre se encuentra el arco/bóveda que une la Plaza de Colón y Ollerías. Las filtraciones de agua y la actividad de las palomas han debilitado la estructura de la bóveda, requiriendo trabajos de consolidación y sellado para preservar su integridad. Las escaleras de acceso a la torre también presentan signos de humedad y desgaste, necesitando limpieza, impermeabilización y reparación de la verja.
Además, la Asociación de Vecinos ha solicitado reformas en la cancela que da acceso al salón de la torre, así como la renovación de las instalaciones eléctricas. En 2011, no se pudo llevar a cabo una restauración del castillete de la terraza superior, que se ha convertido en una principal fuente de humedad debido a la infiltración de agua de lluvia.
Los vecinos también piden que se realicen investigaciones y excavaciones arqueológicas para obtener un mayor conocimiento sobre la historia que rodea al monumento. Concretamente, esperan descubrir más sobre los restos de los arcos almohades de la fortaleza islámica anterior que se encuentran en la cara oriental de la torre.
La Torre de la Malmuerta es un patrimonio invaluable que ha resistido el paso del tiempo, hablando de la gran historia de Córdoba. Sin embargo, su presente estado de deterioro subraya la necesidad urgente de preservarla para las generaciones futuras. Con la ayuda de la Asociación de Vecinos de la Malmuerta y la intervención de las autoridades pertinentes, se espera que esta reliquia histórica pueda ser restaurada a su antigua gloria.