Vertedero de Toledo. EFE/Ismael Herrero

La actual crisis de residuos en Europa está llegando a una etapa crucial. Según cifras de la Comisión Europea, cada ciudadano europeo produce, de media, unas cinco toneladas de residuos al año. En total, los habitantes del Viejo Continente produjeron más de 2.200 millones anuales de toneladas de basura doméstica. Este número colosal de residuos plantea muchas preguntas inquietantes: ¿Dónde acaba toda esta basura? ¿Cuánto de ella se recicla? ¿Cuánto se incinera, creando más contaminación atmosférica y perjudicando a la salud humana?

La realidad es que más del 60% de los residuos domésticos europeos terminan en vertederos. Aunque una pequeña parte se recicla, la gran mayoría se acumula en vertederos, se incinera o se exporta a otros países, lo que tiene graves repercusiones tanto para el medio ambiente como para la salud humana.

La situación actual de gestión de residuos en Europa es insostenible. A pesar de algunos avances en reciclaje, el volumen de desechos ha seguido creciendo en los últimos años. En España, por ejemplo, la cantidad de residuos domésticos ha aumentado, especialmente tras la pandemia. Se estima que la mitad de los residuos generados por los hogares españoles acaban en vertederos, alrededor de un 10% se incineran y un 36% se reciclan.

A nivel de la Unión Europea, ha habido un aumento sustancial en la cantidad de residuos domésticos generados en las últimas décadas. En 1995, de la totalidad de la basura generada por hogares europeos, 120 millones de toneladas se arrojaban a los vertederos, 30 millones se incineraban y cerca de 20 millones se reciclaban. Ahora, unos treinta años más tarde, la cantidad de basura generada es mayor: al menos 53 millones de toneladas anuales van a parar a vertederos, las plantas de incineración reciben 60 millones más y los sistemas de reciclaje procesan unos 70 millones adicionales.

A pesar de que la proporción de basura que termina en vertederos ha disminuido progresivamente desde 2017 debido a la aplicación de nuevas normativas europeas sobre gestión de residuos, las cifras siguen siendo alarmantes. El uso de vertederos varía mucho en función de las regiones. En países como Bélgica, Países Bajos, Dinamarca, Suecia o Alemania el vertido de residuos es casi inexistente. Sin embargo, en países como Bulgaria y Malta, más del 70% de los residuos se siguen enviando a vertederos.

Además, Europa exporta una parte significativa de su basura. En 2022, la Unión Europea exportó 32 millones de toneladas de residuos más allá de sus fronteras. El principal receptor de la basura europea es Turquía, que recibió 12 millones de toneladas, seguido por India, que recibió 3,5 millones de toneladas de desechos generados en Europa.

Para combatir este problema, la Unión Europea se ha propuesto revertir sus cifras de residuos y ha establecido el objetivo de alcanzar un 60% de reutilización y reciclaje de desechos municipales para 2030. También ha instado a los países miembros a reducir la cantidad de residuos locales enviados a vertederos a solo un 10% del total para 2035.

Además de estas medidas, la UE está trabajando en una nueva normativa para prohibir la exportación de residuos plásticos a países del sur global. Esto es un esfuerzo por evitar que estos residuos causen más problemas en las regiones más pobres y vulnerables del mundo.

Paralelamente, Europa también está avanzando en el diseño de directivas cada vez más ambiciosas sobre economía circular para reducir todo lo posible el número de residuos generados tanto por la industria como por los hogares. Por ejemplo, mediante la reducción de envases de un solo uso y de embalajes de plástico innecesarios.

La nueva ley de residuos española propone recortar un 15% el volumen total de los residuos generados y reducir un 70% la cantidad de plásticos de un solo uso. Aunque la implementación de la ley ha sido complicada debido a los desafíos legales, la normativa sigue avanzando. A medida que Europa se enfrenta a su crisis de residuos, el futuro de la gestión de residuos se está tomando en serio y se están tomando medidas para cambiar la situación.