El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha defendido con firmeza su postura sobre la nueva normativa que, según él, presenta una serie de fallos graves que pueden afectar negativamente a Galicia y a sus ciudadanos. Durante una rueda de prensa celebrada en Santiago de Compostela, Rueda enumeró varios argumentos para explicar por qué considera que esta normativa es perjudicial y debe ser revisada.
La Arbitrariedad de la Norma
Alfonso Rueda no dudó en calificar de **»arbitraria»** la nueva normativa, asegurando que su aplicación no sigue un criterio claro y objetivo. Según el presidente de la Xunta, esta falta de claridad y precisión puede llevar a interpretaciones dispares que, a su vez, generarían inseguridad jurídica. En sus palabras, «la normativa carece de una base sólida y coherente, lo que la convierte en un instrumento de aplicación caprichosa y subjetiva».
El presidente también expresó su preocupación por la **»quiebra del principio de igualdad territorial, jurídica y económica»** que, a su juicio, se deriva de esta normativa. En su argumentación, Rueda destacó que la ley no trata por igual a todas las regiones de España, creando así un desequilibrio que podría ser particularmente perjudicial para **Galicia**. «No podemos permitir que se desvirtúe la igualdad entre las comunidades autónomas», afirmó, subrayando que esta desigualdad podría tener consecuencias económicas y sociales de gran calado.
Rueda hizo hincapié en que esta normativa también supone una **»vulneración de la separación de poderes»**. Según el presidente gallego, la ley otorga a ciertos órganos del Estado un poder excesivo, que en algunos casos podría invadir competencias que, según la Constitución española, corresponden a otras instituciones. «Es esencial que cada poder del Estado respete sus límites y no interfiera en las funciones de los demás», subrayó.
El presidente de la Xunta también alertó sobre las **»implicaciones económicas negativas»** que esta normativa podría tener para Galicia. En su opinión, la ley podría dificultar la **»atracción de inversiones»** y el **»desarrollo empresarial»**, lo que a su vez afectaría al **»empleo»** y la **»calidad de vida»** de los gallegos. «Necesitamos un marco legal que fomente el crecimiento económico y no que lo obstaculice», concluyó.
En este contexto, Alfonso Rueda hizo un llamamiento a la **»unidad»** y la **»colaboración»** entre todas las fuerzas políticas y sociales de Galicia para defender los intereses de la comunidad autónoma. «Es fundamental que trabajemos juntos para garantizar un futuro próspero para todos los gallegos», afirmó.
El presidente también destacó la importancia de **»escuchar a la sociedad civil»** y tener en cuenta sus opiniones y preocupaciones a la hora de elaborar y aplicar nuevas normativas. «Las leyes deben estar al servicio de los ciudadanos y no al revés», subrayó, insistiendo en que el **»diálogo»** y la **»participación ciudadana»** son esenciales para una democracia sana y funcional.
Alfonso Rueda aprovechó la ocasión para reiterar su compromiso con la **»transparencia»** y la **»rendición de cuentas»** en la gestión pública. «La confianza de los ciudadanos en sus instituciones es fundamental, y esa confianza solo se puede ganar con una gestión honesta, transparente y responsable», afirmó.
En sus declaraciones, Rueda también se refirió a la necesidad de **»modernizar»** y **»adaptar»** la normativa a los cambios y desafíos del siglo XXI. «Vivimos en un mundo en constante evolución, y nuestras leyes deben reflejar esa realidad. No podemos quedarnos anclados en el pasado», argumentó.
El presidente de la Xunta concluyó su intervención subrayando la importancia de una **»visión a largo plazo»** en la elaboración de políticas y normativas. «No se trata solo de resolver los problemas inmediatos, sino de sentar las bases para un desarrollo sostenible y equitativo a largo plazo», afirmó.
Alfonso Rueda ha dejado claro que su postura no es una mera oposición por oposición, sino una defensa de los intereses de Galicia desde un análisis crítico y constructivo. En un contexto político y económico tan complejo como el actual, su llamado a la reflexión, el diálogo y la colaboración cobra una especial relevancia.