El FC Barcelona ha sufrido un nuevo golpe con la renuncia de su vicepresidente económico, Eduard Romeu. Esta decisión se produce en un momento crítico para el club, a poco más de tres meses para el final del ejercicio económico, que se prevé con un desvío superior a los 30 millones de euros. Romeu se suma a una creciente lista de figuras clave que han abandonado a Joan Laporta, el presidente del Barcelona, en las últimas semanas.
Romeu alegó «incompatibilidad» con sus nuevas responsabilidades laborales tras su salida de Audax Renovables, una empresa energética que le proporcionó una entrada al club en 2021. Romeu, que no tenía sueldo asignado como vicepresidente del Barcelona, ha insistido que su nuevo trabajo le exige una dedicación absoluta que le impide compaginarlo con sus funciones en el club.
El exvicepresidente, que recientemente fundó una consultora médica y fue nombrado presidente de la comisión de auditoría de la renovable gallega EiDF, acudió personalmente al domicilio de Laporta para explicar las razones de su salida. Sin embargo, Romeu mantendrá un vínculo con el club a través de su incorporación a la Fundació, la fundación del FC Barcelona.
La salida de Romeu es otro golpe para Laporta, que ha perdido a dos personas encargadas de controlar las cuentas del club durante sus tres años de mandato. El primero fue Jaume Giró, quien renunció una semana después del triunfo electoral de Laporta en marzo de 2021. Giró, a diferencia de Romeu, nunca llegó a formar parte de la junta directiva.
La influencia de Romeu en el Barcelona ha disminuido significativamente en los últimos tiempos, mientras que la del tesorero, Ferran Olivé, ha aumentado. Olivé ha sido el que ha prestado avales personales junto al presidente en algunas operaciones.
Romeu deja un legado de controversia en el Barcelona. Su política de «palancas» implicó la venta de activos a fondos de inversión y bancos para mantener la competitividad del primer equipo. Sin embargo, esta estrategia ha sido criticada por no lograr reducir significativamente la deuda del club, que asciende a más de 1,200 millones de euros.
El exvicepresidente también intentó, sin éxito, convertirse en CEO del Barcelona, un cargo remunerado que Laporta nunca quiso contemplar. Además, la salida de Romeu se produce poco después de la renuncia de Maribel Meléndez, la directora corporativa del Barça y la primera ejecutiva económica del club.
En total, más de veinte altos cargos han abandonado el Barcelona durante el mandato de Laporta, lo que pone en evidencia la inestabilidad que vive el club en estos momentos. La lista de bajas incluye a figuras clave en el ámbito deportivo y económico, como el mánager general de balonmano, David Barrufet, el director de marca, Guillem Graell, y el director comercial, Jordi Camps.
Esta serie de dimisiones pone en cuestión el liderazgo de Laporta y sus capacidades para gestionar la crisis económica que atraviesa el Barcelona. El club, que se ha quedado sin CEO desde la salida de Ferran Reverter en febrero de 2022, tiene ahora el desafío de encontrar a las personas adecuadas para ocupar estos cargos vacantes y rectificar su rumbo.