La lucha por la reducción de la jornada laboral: Yolanda Díaz en el ojo del huracán
En la arena política y económica, Yolanda Díaz, Vicepresidenta segunda y Ministra de Trabajo, se encuentra en una encrucijada crítica. Hoy asiste a una reunión clave para la reducción de la jornada laboral, una medida que ha sido una pieza central de su programa de trabajo. Sin embargo, su credibilidad pende de un hilo tras no lograr un pacto con la patronal y los sindicatos en medio año, pese a su compromiso de llevar a cabo esta reforma antes de septiembre.
Esta negociación tiene lugar en un contexto político desfavorable. La coalición Sumar, a la que pertenece Díaz, ha sufrido recientemente severas derrotas en las elecciones gallegas, vascas, catalanas y europeas. Para Díaz, la aprobación de la reducción de la jornada laboral podría ser un golpe de efecto que compense estas pérdidas.
El camino hacia este objetivo no ha sido fácil. En junio, Díaz lanzó un ultimátum a la CEOE, exigiéndole una propuesta por escrito en un plazo de siete días. Este ultimátum fue ignorado por los empresarios, poniendo en duda su capacidad de negociación y liderazgo.
Un nuevo enfoque en las negociaciones
Frente a este escenario, todo apunta a que Díaz presentará ahora una nueva propuesta. Ante el previsible rechazo de la patronal, no es descartable que el Gobierno haga suya las tesis de la vicepresidenta, rompa las negociaciones y pacte en solitario con los sindicatos.
La propuesta inicial de Trabajo era reducir la jornada laboral de las actuales 40 horas semanales a las 37,5 horas sin reducción de sueldo. Según la CEOE, esta medida incrementaría los costes salariales de las empresas en 40.000 millones de euros, un impacto económico significativo.
El Gobierno se enfrentará a serios obstáculos si opta por un monólogo social para llevar a cabo una reforma de tal calado. La división de los socios de la investidura y la oposición de los empresarios hacen que el futuro parlamentario de esta medida sea incierto. Es difícil creer que PNV o Junts vayan a dar su visto bueno con los empresarios en contra.
Las negociaciones deben continuar, con las necesarias dosis de discreción, habilidad y voluntad de acuerdo por parte de todos. En este contexto, las palabras del Ministro de Economía, Carlos Cuerpo, cada vez más respetado por los empresarios, cobran relevancia. Cuerpo aboga por el diálogo social y por encontrar un punto de equilibrio, ya que no todos los sectores se verán afectados de la misma manera por una medida que inquieta al comercio, la hostelería, la construcción o la agricultura, entre otros.
Esta es una prueba de fuego para Díaz y para el Gobierno. La aprobación de la reducción de la jornada laboral podría cambiar la dinámica política y económica del país. Sin embargo, el camino hacia este objetivo está lleno de obstáculos y desafíos, y requiere de una gestión cuidadosa y estratégica.