La meticulosa investigación que condujo a la captura del violador de Igualada
Los Mossos d’Esquadra realizaron un extenso y meticuloso trabajo de investigación tras la brutal violación de una joven de 16 años en Igualada la madrugada del 1 de noviembre de 2021. La labor policial, que implicó la revisión de 155 cámaras de seguridad, finalmente llevó a la captura del acusado, Brian Raimundo C.
Los agentes centraron su atención en once cámaras en particular, que mostraban que sólo el acusado pudo haber perpetrado el ataque. Estas cámaras corroboraron que nadie más entró ni salió del callejón de Països Baixos entre las 6.16 y las 6.42 de la madrugada, franja horaria exacta en la que se perpetró el ataque.
La víctima, que no recuerda nada del ataque, colaboró con la policía en una reconstrucción del incidente. Gracias a la geolocalización realizada por su padre desde su teléfono, los Mossos pudieron seguir su recorrido antes del ataque. La joven había hablado con una amiga y le había dicho que iba a coger el tren, pero luego dejó de responder.
La captura del agresor
Las cámaras de seguridad captaron a un individuo siguiendo a la joven poco después. Aunque las imágenes no eran muy nítidas, se pudo ver cómo este individuo, que luego se identificaría como Brian Raimundo, corría hacia ella. Más tarde, las cámaras captaron al mismo individuo abandonando la zona del ataque.
Para identificar al agresor, los investigadores revisaron todas las denuncias presentadas esa noche. Entre ellas, encontraron un incidente vandálico con un testigo que había captado un vídeo. En ese vídeo se encontraba el agresor, identificado entre un grupo de once sujetos. Uno de ellos confirmó que era su amigo y facilitó su número de teléfono.
Tras rastrear el número de teléfono, los investigadores llegaron hasta Brian Raimundo, registrado en una vivienda de la calle San Sebastián de Igualada. Tras varias vigilancias, se llevó a cabo un registro en la vivienda y se detuvo al acusado. En el interior del piso, los investigadores encontraron la misma ropa que llevaba la noche del ataque, así como material genético de la víctima.
La víctima, a pesar de no recordar el ataque, colaboró en todo momento con los agentes. Participó en una reconstrucción de los hechos, aunque tuvo que ser guiada por los agentes. Recordaba haber cenado en un local de comida rápida y cómo llegó a la discoteca, pero no el camino de vuelta a la estación, cuando fue atacada. En el punto exacto donde fue encontrada, recordaba haber sentido mucho frío.
Fue un camionero quien encontró a la víctima, tendida en posición fetal sobre un charco de sangre. Llamó a emergencias y cubrió a la joven con su chaqueta, ya que hacía mucho frío esa madrugada. La víctima presentaba varias fracturas craneales, y de no ser por la intervención del transportista, probablemente habría fallecido.
Este caso resalta la importancia de la seguridad y la eficacia de las investigaciones policiales en casos de violencia sexual. La meticulosa labor de los Mossos d’Esquadra no sólo llevó a la captura del agresor, sino que también proporcionó a la víctima la oportunidad de buscar justicia por el ataque sufrido.