La Diócesis de León se prepara para acoger a migrantes con apertura y comprensión
La Diócesis de León, a través de la Delegación de Misión Samaritana, ha manifestado su preocupación por las reacciones de desconfianza y rechazo que se han generado en la comunidad ante la inminente apertura del Centro de Atención a Personas Migrantes en el ‘Chalé del Pozo’ ubicado en el municipio leonés de Villaquilambre. Este centro está programado para abrir sus puertas este sábado, y la Diócesis hace un llamado a superar los miedos y prejuicios, y a recibir a los migrantes con una actitud de apertura y comprensión.
En un comunicado emitido por la Diócesis, liderada por el obispo Luis Ángel de las Heras, se señala que la convivencia con personas migrantes representa una oportunidad para el enriquecimiento mutuo. «Las personas migrantes no son un problema», señala el comunicado, y añade que son portadoras de talentos y experiencias culturales valiosas.
El texto pone de manifiesto la necesidad de cambiar la percepción que se tiene de los migrantes. En lugar de considerarlos como una amenaza, la Diócesis alienta a reconocer la dignidad de estas personas, a superar los prejuicios y a deshacerse de los miedos y la desinformación que pueden provocar rechazo hacia ellas.
Un llamado a la hospitalidad y la justicia global
En su comunicado, la Diócesis también hace un llamado a todos los cristianos de su diócesis a renovar su compromiso con el mensaje de Jesucristo. Este mensaje nos llama a ser agentes de hospitalidad, promotores de la cultura del cuidado y constructores de puentes entre aquellos que son diferentes. Igualmente, se anima a todos a trabajar por una cultura de la justicia a nivel global, donde nadie se vea forzado a emigrar de su tierra.
La Diócesis de León hace un llamado a todos los agentes pastorales para que destaquen la contribución positiva de las personas migrantes al bien común de la sociedad. Se insta a evitar actitudes racistas y aporofóbicas y a fomentar la cultura del encuentro fraterno y la ayuda que dignifica.
Finalmente, se recuerda que el obispo de León, en su carta quincenal titulada «Iglesia en León es hospitalidad», pide volver la mirada a las raíces cristianas, evangélicas y evangelizadoras de la hospitalidad. «Porque la Iglesia que peregrina en la diócesis de León quiere ser hospitalidad», escribe. Este llamado a la hospitalidad se traduce en la necesidad de acoger, proteger, promover e integrar al emigrante y al refugiado. Estos son los cuatro verbos que el papa Francisco propuso en 2018 como respuesta común a los desafíos de las migraciones contemporáneas.
El comunicado concluye con una invitación a la comprensión y la integración, recordando que los migrantes no solo son portadores de talentos y experiencias culturales valiosas, sino que también son una oportunidad para el enriquecimiento mutuo y para construir una sociedad más justa y hospitalaria.