Jessica Vall se queda a un suspiro de los Juegos Olímpicos
La nadadora veterana Jessica Vall, quien cumplirá 36 años el próximo mes de noviembre, experimentó una mezcla de emociones en la final de los 200 braza de los Campeonatos de España el pasado sábado. Vall, que ha sido subcampeona del mundo de la distancia en Kazan en 2015, se quedó a un suspiro de poder disputar sus terceros Juegos Olímpicos, con un tiempo de 2:23.93 minutos, apenas dos centésimas por encima del requerido para la competición olímpica.
Un esfuerzo sin recompensa
Este registro dejó a Vall, también conocida por sus logros de plata en los 200 braza en los Europeos de Londres 2016 y Glasgow 2018, desconsolada. Las lágrimas no se hicieron esperar tras comprobar en la pantalla de tiempos que su tremendo esfuerzo se quedaba sin premio. Con un tiempo de 2:23.93 minutos, Vall se quedó a tan solo dos centésimas de los 2:23.91 necesarios para competir en los próximos Juegos de París.
Una carrera vibrante
Este evento tuvo lugar en las piscinas Son Hugo de Palma, donde Vall realizó su mejor carrera de la temporada. A diferencia de su estilo habitual, donde suele nadar más rápido los segundos cien metros que los primeros, Vall tomó la delantera de la prueba desde el comienzo.
Su tiempo para los primeros cien metros fue de 1:09.77 minutos, 79 centésimas más rápida que en las preliminares de la mañana. Esta estrategia no impidió a Vall acercarse a la mínima olímpica, impulsada por el empuje de su compañera de equipo Emma Carrasco, campeona del mundo júnior de la distancia en Lima 2022, y de Marina García.
Una esperanza fina
Vall se quedó a escasos milímetros del objetivo olímpico, con apenas dos centésimas que la separaban de la mínima A -2:23.91-, pero no de la marca de consideración -2:24.63- que mantiene viva una pequeña esperanza.
A pesar de sus lágrimas en el podio, Vall espera la decisión de la Federación Internacional, la World Aquactics, para poder disputar sus terceros Juegos Olímpicos consecutivos tras participar en los de Río 2016 y Tokio 2020.
Un futuro incierto
El resultado de esta prueba ha dejado a Jessica Vall en una posición incierta. Aunque su tiempo no fue suficiente para asegurar automáticamente su lugar en los Juegos Olímpicos de París, aún queda un resquicio de esperanza. Su destino está ahora en manos de la Federación Internacional, la World Aquactics. Mientras tanto, Vall y su equipo seguirán entrenando y preparándose para la posibilidad de competir en su tercer Juego Olímpico consecutivo.