Endesa avanza en el desmantelamiento de la central térmica de Andorra

Endesa avanza en el desmantelamiento de la central térmica de Andorra

Endesa ha procedido el día de hoy a la voladura de la chimenea de la central térmica de Andorra, un paso mucho más en el desarrollo de cierre y desmantelamiento de las centrales de carbón que la compañía está realizando y que completará en la península en el año 2027. Hoy en día, la central térmica de Andorra está al 65 % del desarrollo de desmantelamiento.

La voladura ha producido cerca de 25.000 toneladas de restos, esencialmente hormigón, que van a ser gestionados según la normativa medioambiental. Estos restos van a ser valorizados en obra siendo utilizados como material de relleno por su carácter inerte, en lo que se refiere al resto del hierro que formaba la armadura del hormigón armado, se revalorizará para su posterior empleo.

Para reducir la afección del polvo derivado de la explosión se han instalado en la dirección de caída 4 piscinas de 220 metros cúbicos de aptitud que contenían agua de lluvia y que viene de los propios procesos de la central. La chimenea de la central tenía 343 m de altura, 23,5 m de diámetro en su base y 9,5 m de diámetro en la coronación. Fue construida entre 1978 y 1979 en hormigón y su peso aproximado era de 25.000 toneladas.

Mientras que se están realizando estos trabajos, Endesa está construyendo un plan de futuro que tiene como propósito reavivar el tejido industrial con una inversión de 1.500 millones de euros y la construcción de 1.843 MW de capacidad renovable, que producirá mucho más de 6.300 empleos en la etapa edificante y 370 empleos directos unidos al emprendimiento renovable.

La central térmica de Andorra empezó su desmantelamiento en 2019, en el momento en que Endesa solicitó su cierre, y empezó entonces un plan de futuro para la región que contempla la implantación de novedosa industria y el avance de 1.843 MW de novedosa capacidad, en esta ocasión, renovable.

Desde el criterio medioambiental se está aplicando un sistema de demolición selectiva para segregar y caracterizar todas las 260.000 toneladas que constituyen el volumen de la demolición. Para achicar en todo lo que es posible las dolencias al ambiente se ha implementado un plan de supervisión ambiental con particular atención a las emisiones y vertidos a lo largo de la ejecución de los trabajos.

Este avance renovable va acompañado de un plan social y económico para la región que tiene como propósito producir empleo y valor en el ambiente de la que fuera entre las centrales térmicas mucho más grande de España.

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