Imagen de archivo del interior de una fábrica.

El último sondeo del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) ofrece una visión fascinante sobre la intersección entre la percepción social de la economía, los datos macroeconómicos reales y el impacto en la campaña electoral. Al analizar las respuestas de los encuestados, se desvela una historia intrigante que puede tener implicaciones significativas en la forma en que se despliegan las próximas elecciones.

La encuesta de abril revela que las dos preocupaciones más importantes para los votantes son la gestión de los servicios públicos y la situación económica. Un asombroso 70% de los encuestados afirma que estas cuestiones serán cruciales para su decisión de voto, superando con creces otros temas como la gestión de la inmigración (57%), la financiación de Catalunya (61%) o la amnistía (37%).

El CEO realiza también un seguimiento de la percepción de la situación económica a través de su barómetro cuatrimestral. Este estudio revela la visión ciudadana sobre el estado de la economía en general y su situación económica personal o doméstica. En marzo, casi la mitad de los encuestados (49%) consideraba que la situación económica de Catalunya es mala o muy mala. Además, un 49% cree que la situación económica de Catalunya ha empeorado y un 40% que se deteriorará aún más.

Es relevante destacar, sin embargo, que la percepción general de la economía es más negativa que la evaluación de la situación económica personal. Este fenómeno no es exclusivo de Catalunya o España, sino que también se observa en otros países como Estados Unidos. Resulta interesante que la percepción económica haya empeorado en comparación con 2019, a pesar de que los datos económicos actuales muestran una tasa de desempleo más baja (9% frente al 11%) y un aumento en el crecimiento del PIB (2,6% en 2023 frente al 2% en 2019).

Entonces, ¿cómo se explica esta percepción negativa de la economía cuando los datos reales son más favorables y las predicciones son revisadas al alza? La respuesta podría estar en la calidad del crecimiento. Aunque la economía está generando empleo, muchos de estos puestos son de baja calidad, lo que ha llevado a un aumento de los índices de riesgo de pobreza. En otras palabras, hay más personas trabajando que nunca, pero muchos de estos trabajadores están insatisfechos con el número de horas que trabajan y los salarios que reciben.

Este problema se ve agravado por el hecho de que muchos hogares están luchando para pagar el alquiler y los suministros. Según el Banco de España, España tiene un alto porcentaje de hogares que destinan más del 40% de su renta para pagar el alquiler y los suministros. Esta situación afecta al 40% de los hogares de alquiler en 2022, una cifra que supera en veinte puntos el promedio de la UE.

Para abordar estos problemas, las políticas económicas deberían centrarse más en la calidad del empleo que en la cantidad. Esto podría implicar aumentar la productividad de las empresas y, por ende, los salarios reales. También podría ser necesario reformar el sistema de subsidios y las políticas activas de empleo para reducir la tasa de desempleo en Catalunya.

Además de la calidad del empleo, los ciudadanos también están preocupados por la calidad de la gestión pública. Hay una percepción generalizada de que los servicios públicos están cada vez más sobrecargados. Según el European Quality of Government Index 2021 de Eurostat, Catalunya se encuentra a la cola de las regiones de España y de Europa en cuanto a la calidad del gobierno.

Finalmente, es importante recordar que los ciudadanos expresan sus opiniones no sólo en las encuestas, sino también en las urnas. Los partidos políticos deben tener en cuenta estas preocupaciones si quieren tener éxito en las próximas elecciones.

Por Daniel