El mundo de los océanos es una fuente inagotable de recursos con un valor estimado en 22 billones de euros. Estos vastos cuerpos de agua proveen alimento a alrededor de 600 millones de personas, incluyendo a 45 millones de mujeres que participan en pequeñas pesquerías de comunidades locales. Además, el transporte por vía marítima es responsable del movimiento del 90% de las mercancías a nivel global, y el sector turístico encuentra en el océano uno de sus principales atractivos.
La urgencia de establecer las bases para una economía oceánica sostenible que garantice la equidad es el propósito del cuarto libro blanco, un trabajo en proceso por un grupo de expertos científicos desde hace dos años. Este documento pone énfasis en la necesidad de aumentar la financiación y desarrollar mecanismos financieros alternativos para una economía oceánica sostenible.
Peter Haugan, investigador de la Universidad de Bergen y coordinador del grupo de expertos, ha subrayado la importancia de centrarse en la recaudación de fondos, la diversificación de fuentes financieras y la adopción de financiamiento sostenible. Haugan presentó el borrador para su discusión previa a la presentación del documento en la Conferencia del Decenio de los Océanos que se celebrará en abril en Barcelona.
Uno de los puntos clave del documento es incentivar al sector privado a comprometerse con la sostenibilidad oceánica. Esto incluye promover prácticas justas, inversión en iniciativas sostenibles, colaboración con otros sectores, transparencia, inclusividad y compartición de datos.
Además, se contempla como esencial aumentar la disponibilidad y accesibilidad de datos sobre el océano, promoviendo plataformas de intercambio de información con formatos estandarizados y políticas de acceso abierto. También es prioritario establecer indicadores en la cantidad de investigaciones y contenidos generados y compartidos.
El documento también establece indicadores sobre la capacitación de personas, instituciones y comunidades para aumentar las habilidades y conocimientos que permitan desarrollar una economía sostenible en el océano. Esto incluye fomentar la participación de todos los sectores implicados e interesados.
Finalmente, se propone mejorar la equidad dentro de la economía oceánica, enfocándose en la distribución justa de beneficios, la superación de barreras para la participación y el financiamiento dirigido a acciones comunitarias. El objetivo es asegurar un acceso equitativo a los recursos y beneficios oceánicos.
Durante más de un año, más de 150 expertos han estado trabajando en la elaboración de una estrategia para preservar el océano. Esta estrategia se reflejará en los 10 libros blancos que buscan responder a los principales retos que se interrelacionan entre ellos: la contaminación marina, la protección del ecosistema, el cambio climático, la economía oceánica sostenible, los alimentos azules sostenibles, la construcción de comunidades resilientes, observaciones, datos y Sistemas de Pronóstico y Alerta Temprana ante desastres, desarrollo de capacidades, alfabetización oceánica y conocimiento indígena y local, y patrimonio cultural.