Cáritas, obligada a gastar un 18% más para atender a 66.802 personas en la Comunidad

La tendencia se mantiene y el perfil de las personas que buscan asistencia en Cáritas sigue siendo muy similar al de años anteriores, según la memoria de 2023 presentada este lunes en Valladolid por el obispo de Astorga, encargado de Cáritas Española, Jesús Fernández González, y el presidente de la organización en Castilla y León, Antonio Jesús Martín de Lera. Las familias, y en particular las mujeres de entre 30 y 50 años, en situación de desempleo o precariedad laboral, continúan siendo las más representativas en los locales de esta ONG de la Iglesia. Sin embargo, se sigue percibiendo un aumento de personas mayores que no pueden cubrir sus necesidades básicas con la jubilación que reciben.

En 2023, un total de 66.802 personas acudieron a Cáritas en Castilla y León, una cifra muy similar a la del año anterior, cuando fueron 65.630, según los datos facilitados por Martín de Lera. Además, más de 118.000 personas se beneficiaron de las acciones de la organización. La cronificación de la pobreza y el rostro de mujer siguen imponiéndose en un contexto marcado por la precariedad laboral, la situación de la vivienda debido a su escasez y el aumento de precios del alquiler, así como el incremento de las necesidades de acogida de personas migrantes.

Incremento de la inversión y nuevos desafíos

Esta realidad ha obligado a la organización a incrementar un ocho por ciento su inversión, superando los 47 millones de euros, siete más que en el ejercicio anterior. Este aumento refleja que el coste de atender a las personas es considerablemente superior al incremento del IPC.

Uno de los problemas que más preocupa a Cáritas en los últimos años es el incremento de las dificultades relacionadas con la salud mental, que se ha convertido en uno de los principales factores que aumentan la exclusión social. Cáritas Castilla y León destaca la transversalidad de estos problemas, ya que se detectan en muchos de sus programas y, en numerosas ocasiones, son el origen de otras dificultades como la falta de vivienda o las adicciones.

En este sentido, Martín de Lera ha instado a las administraciones a que respondan a estas situaciones y busquen soluciones a un problema que, según él, debe afrontar toda la sociedad.

Además, se percibe un aumento de la precariedad laboral, lo que ha llevado a que 10.651 personas fueran atendidas en los programas de empleo de Cáritas. Esta situación ha permitido detectar que cada vez hay más trabajadores en situaciones de pobreza, lo cual lleva a la conclusión de que tener un trabajo no es una garantía para evitar la vulnerabilidad económica y social.