Sede de Iberdrola en Bilbao.

La movilidad mundial se enfrenta a dos desafíos clave: la contaminación y la dependencia de los combustibles fósiles. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), las emisiones de los vehículos de combustión han aumentado a un ritmo medio anual de casi el 1,7% entre 1990 y 2021 en todo el mundo, más rápido que cualquier otro sector de uso final. Este dato subraya la necesidad de un cambio en el transporte. La autonomía energética a través de la electrificación y las energías renovables es esencial para evitar las presiones y amenazas sobre la economía europea y su modelo social.

Este desafío ha sido el punto de partida para las aportaciones que Iberdrola ha realizado en la primera edición del Foro Económico y Social del Mediterráneo. Un evento organizado por Prensa Ibérica y la Fundación La Caixa, con el objetivo de reunir a todos los actores implicados, crear un espacio de diálogo y desarrollar un marco de colaboración y compromiso.

El Consejo Local de Valencia, que analiza los desafíos económicos y sociales que afectan directamente a su zona de influencia, ha profundizado sobre las amenazas y oportunidades que presentan las redes de movilidad en el arco mediterráneo. Han prestado especial atención al impulso de nuevas formas de movilidad sostenible.

«La movilidad sostenible es una pieza clave de la transición energética», asegura Iberdrola. Los camiones eléctricos, en particular, ofrecen una solución viable tanto tecnológica como económicamente para avanzar hacia un futuro más verde. Sin embargo, la electrificación del transporte pesado presenta desafíos distintos a la de los vehículos eléctricos particulares y comerciales. Dadas las dimensiones y los pesos de los camiones eléctricos, necesitan baterías más grandes y puntos de recarga más potentes.

Los camiones totalmente eléctricos, según Iberdrola, no producen emisiones directas de gases de efecto invernadero, lo que contribuye a la reducción de la contaminación del aire y al impacto ambiental. Además, los camiones eléctricos tienen costes operativos más bajos en comparación con los de combustión interna. Las mejoras tecnológicas en la capacidad de las baterías y la infraestructura de carga hacen que los camiones eléctricos sean cada vez más viables y competitivos.

Sin embargo, los camiones eléctricos también presentan desafíos, particularmente en términos de autonomía y tiempo de recarga. Pero con el nuevo estándar MCS (Megawatt Charging System), los camiones de nueva generación podrán recargar a potencias superiores a 1 MW, lo que permitirá recuperar energía en menos de 45 minutos.

El nuevo reglamento europeo para aumentar las estaciones de recarga para vehículos pesados – AFIR, exige un adelanto del despliegue de la infraestructura de recarga con respecto a la demanda. Según Iberdrola, «es necesario adelantar inversiones en la red eléctrica y en instalaciones de almacenamiento energético para acomodar el incremento de la demanda eléctrica para nuevos usos y dar estabilidad al sistema futuro, que contará con mucha más energía renovable».

En relación con esto, Iberdrola ha suscrito un acuerdo con la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (Aedive) para la creación de la alianza para la electrificación del transporte pesado por carretera en España. La iniciativa busca acelerar la descarbonización del transporte pesado por carretera y combatir el cambio climático.

En cuanto a la infraestructura de recarga, Iberdrola «supera los 6.000 puntos de recarga pública en España, cubriendo buena parte del corredor mediterráneo con más de 1.500, y en un año ha duplicado su infraestructura de recarga respecto a 2022». Los planes de la compañía para el próximo ejercicio contemplan la instalación de más de 3.000 puntos de recarga adicionales, superando los 9.000 puntos a final del ejercicio, dando servicio a las principales vías del país, entre las que se encuentra el corredor mediterráneo.

La firma señala dos principales retos en este tipo de movilidad: el ratio de autonomía de los vehículos de gama media y la infraestructura de recarga. Aumentar el tiempo de circulación de los vehículos sin necesidad de carga mejora exponencialmente su usabilidad. En España, la infraestructura de recarga crece a un ritmo superior al de la propia venta de vehículos eléctricos, por lo que hoy hay suficientes puntos para recargar el parque de vehículo 0 emisiones en el país. Las mejoras se deben centrar en aquellas zonas más despobladas de puntos de recarga, principalmente ciudades con menor población y zonas rurales; además también deberá mejorar en la eficiencia y la rapidez a la hora de recargar, así como la agilización de la tramitación administrativa con las diferentes partes que intervienen en el proceso de instalación.

Por Daniel