Los fondos federales llegarían bajo la Ley de Chips y Ciencia, una normativa crucial aprobada por el Gobierno de Joe Biden con el objetivo de impulsar la fabricación nacional de semiconductores y reducir la dependencia de Asia. Fuentes cercanas aseguran que el mandatario tiene la intención de acelerar los acuerdos pendientes antes de que asuma el cargo Donald Trump.
El importe será destinado a apoyar la construcción de fábricas de Intel, y se espera que el Departamento de Comercio confirme la adjudicación en las próximas semanas.
La compañía ya se aseguró en septiembre un contrato por valor de 3.500 millones de dólares con el Ejército de EEUU para la fabricación de chips. Esta cifra se suma a los 8.500 millones que recibió en marzo en subvenciones y otros 11.000 millones en préstamos en virtud de la Ley de Chips.
Ahora, con esta nueva entrada de dinero, la compañía puede impulsar las instalaciones que tiene en Arizona, Ohio, Nuevo México y Oregón.
Un Futuro Incierto para los Fondos
Sin embargo, el ‘New York Times’ asegura que el importe de 8.000 millones que inicialmente pensaba destinar el Gobierno a Intel podría verse reducido en cerca de 500 millones debido a las dudas sobre la capacidad de la empresa para ejecutar su compromiso de inversión.
«Estamos frustrados porque no hemos avanzado más rápido. Han sido demasiado burocráticos en ese proceso. Estamos ansiosos por verlos terminados«, aseguró el mes pasado el director ejecutivo de Intel, Pat Gelsinger, sobre la posible llegada de nuevas subvenciones.
La presión por acelerar la producción nacional se ha convertido en una prioridad para el Gobierno, a medida que la competencia internacional en el sector de los chips se intensifica. La administración espera que, con la inyección económica, Intel pueda reforzar sus capacidades de producción y así mantener su posición en el mercado global.
El desafío no es menor, considerando que la industria de semiconductores es vital para una amplia gama de tecnologías, desde dispositivos electrónicos hasta sistemas de defensa. La inversión en este sector no solo es estratégica desde el punto de vista económico, sino también crucial para la seguridad nacional.
Con la entrada en vigor de la Ley de Chips y Ciencia, el Gobierno pretende no solo fortalecer la infraestructura tecnológica del país, sino también crear empleos de alta calidad y fomentar la innovación en el sector.
La iniciativa también subraya la importancia de la colaboración entre el sector público y privado, un modelo que ha demostrado ser exitoso en otras áreas de la economía. A medida que se despliegan estos fondos, se estará observando cuidadosamente cómo Intel y otras compañías del sector responden a las expectativas gubernamentales.
Para más información sobre la Ley de Chips y Ciencia, puedes visitar esta página oficial.
Fuente: Bolsamania