Un jubilado saca dinero de un cajero automático en Barcelona.

El uso del efectivo, aunque pueda parecer anticuado en la era digital, continúa siendo una práctica habitual. Sin embargo, el panorama está cambiando. En España, la normativa actual establece un límite de 100.000 euros para el efectivo que se puede llevar en mano sin exponerse a multas. Para mover cantidades superiores, se requiere una declaración firmada que justifique dicha movilización de efectivo.

Las políticas sobre el manejo de efectivo no solo se dictan desde el gobierno. Además, cada banco tiene sus propias reglas para gestionar los movimientos monetarios de sus clientes. En este contexto, tres de los grandes bancos de España, el Santander, el CaixaBank y el BBVA, han decidido adaptarse a las nuevas tendencias y han implementado un cambio en el importe máximo que se puede extraer de sus cajeros automáticos.

A pesar de que estos tres bancos se hayan puesto de acuerdo para realizar este cambio, no han establecido el mismo límite de extracción de efectivo. El Santander ha fijado el límite más elevado, permitiendo a sus clientes retirar 3.000 euros. Sin embargo, esta cantidad no puede ser retirada en una sola transacción, sino que debe dividirse en varias, por ejemplo, 1.500 euros en cada uno. El BBVA ha establecido un límite de 2.000 euros, mientras que CaixaBank, el más conservador de los tres, ha fijado su límite en solo 1.000 euros.

Estas decisiones han sido tomadas siguiendo las recomendaciones de la Hacienda española. La entidad gubernamental sugiere a los bancos que lo más prudente es realizar una consulta cuando la cantidad de dinero a retirar supera los 1.000 euros. Esta medida busca establecer una mayor prevención de fraude fiscal y blanqueo de capitales, prácticas ilícitas que pueden facilitarse mediante el uso de grandes cantidades de efectivo.

En caso de que un cliente necesite retirar una cantidad superior a la establecida por la normativa de su banco, puede hacerlo en la ventanilla o en el puesto de atención al cliente. En estos casos, los profesionales bancarios se encargan personalmente de realizar el movimiento monetario. Esta medida añade un grado de control y supervisión adicional al manejo de grandes cantidades de efectivo, lo que puede servir como disuasivo para posibles actos de fraude o blanqueo.

Esta tendencia hacia la limitación del uso de efectivo no es exclusiva de España. En todo el mundo, los gobiernos y las entidades financieras están adoptando políticas similares. Además, la creciente popularidad de las transacciones digitales y el pago sin contacto están cambiando la forma en que las personas manejan su dinero. Aunque el efectivo sigue siendo una opción válida para muchas personas, su dominio en la economía está disminuyendo.

La digitalización de las finanzas tiene muchas ventajas. Permite un seguimiento más fácil de las transacciones, lo que puede ayudar a prevenir el fraude y el blanqueo de capitales. Además, puede hacer más fácil y cómodo el manejo del dinero para los clientes. Sin embargo, también plantea desafíos, como la necesidad de garantizar la seguridad y la privacidad de las transacciones digitales. Además, puede excluir a los que no tienen acceso a la tecnología necesaria o a los que prefieren el manejo tradicional del dinero.

Por Daniel