Militares del “Furor”, al fondo, con pescadoresespañoles que faenancerca de África.

El Buque de Acción Marítima (BAM) Furor ha sido un hito para la Armada Española desde su puesta de quilla el 29 de abril de 2016. A pesar de ser una embarcación relativamente joven, apenas cumpliendo su primer lustro en activo a partir del 21 de enero, el Furor ha demostrado ser un formidable coloso marítimo. Con una eslora de casi 94 metros y una manga de 14 metros, el BAM Furor es una manifestación impresionante de la ingeniería naval, construido en el astillero de Navantia en Ferrol.

El BAM Furor, registrado bajo las siglas P-46, tiene una velocidad máxima de 22 nudos, impulsado por dos motores potentes. La embarcación está equipada con un cañón Oto Melara de 76 mm y dos ametralladoras MGS Mk-38 Mod. 2, lo que le proporciona un poder de fuego considerable.

En febrero, el Furor zarpó del Arsenal de Cartagena para una misión en la costa occidental de África y el Golfo de Guinea. Durante su despliegue, más de 70 militares a bordo encontrarán su hogar temporal en este buque. Durante los próximos meses, el BAM Furor tiene previsto visitar los puertos de Costa de Marfil, Gabón, Nigeria, Ghana, Angola, Camerún, Senegal y Mauritania.

El comandante del Furor, Jaime Márquez de la Calleja, ha explicado el carácter estratégico de esta misión. La operación se centrará en combatir la pesca ilegal y la piratería, que amenazan a los barcos españoles, incluyendo algunos de Galicia, en la región.

La tripulación del Furor lleva a cabo una serie de acciones en el marco de una Presencia Marítima Coordinada (PMC). El día a día en el BAM es un constante bullicio de actividad, con un equipo de profesionales que se turnan en guardias y vigilancia las 24 horas. A pesar de la ausencia de incidentes, se adiestran regularmente para responder a diferentes situaciones, con el objetivo de estar siempre preparados para cualquier eventualidad.

Durante su corto despliegue, los militares han auxiliado a un pesquero angoleño que tenía problemas mecánicos y han prestado asistencia sanitaria al patrón de un pesquero nacional en Mauritania. Una de las preocupaciones más comunes entre los pescadores españoles es la pesca ilegal en algunas zonas. Por lo tanto, una de las principales tareas del Furor es proporcionar una presencia disuasoria y apoyar a los países ribereños para desarrollar la capacidad de inspección y control de la pesca.

Según el comandante Márquez de la Calleja, los riesgos que enfrentan los pesqueros españoles varían dependiendo de la zona de pesca. En la zona de operaciones del Golfo de Guinea, las amenazas incluyen robo en alta mar, piratería, secuestro de personas, tráfico de narcóticos y armas, inmigración ilegal y contaminación marítima. Para combatir estas amenazas, el BAM Furor a menudo realiza patrullas conjuntas con barcos de las marinas de las naciones en las que se encuentran, incluso llevando a cabo ejercicios de colaboración para maximizar sus capacidades.

Por Daniel