El primer ministro de Reino Unido asegura que el Presupuesto de octubre será "doloroso"

En octubre se presentará un presupuesto y va a ser doloroso. «No tenemos otra opción dada la situación en la que estamos», así lo ha expresado durante su discurso en los jardines del número 10 de Downing Street.

«Las cosas están peor de lo que jamás imaginamos», ha dicho Starmer, reconociendo que no dudará en tomar «decisiones impopulares ahora, si es lo correcto para el país a largo plazo». El primer ministro plantea la posibilidad de impuestos a los más ricos: «Aquellos que tienen los hombros más anchos deberían soportar la carga más pesada».

Starmer desafía a cualquiera a que le diga que «se puede hacer crecer la economía cuando la gente no puede ir a trabajar porque el sistema de transporte no funciona. O no pueden volver a trabajar porque están atrapados en una lista de espera del NHS«.

Además, ha prometido que su Gobierno va a construir 1,5 millones de viviendas nuevas. Y ha destacado la puesta en marcha del ‘Great British Energy’ «para crear buenos empleos y reducir las facturas de la gente. Y es por eso que pusimos fin a las huelgas nacionales que han paralizado a nuestro país durante años».

El Impacto de las Políticas Económicas de Starmer

Fue en julio cuando Starmer fue elegido por mayoría en los comicios británicos en los que resultó ganador el Partido Laborista. De hecho, logró una mayoría absoluta histórica que borró la era ‘tory’, tras 14 años de gobierno conservador.

El enfoque de Starmer hacia una política fiscal más estricta y un mayor gasto público tiene implicaciones significativas para los mercados financieros. La introducción de impuestos más altos para los ricos podría afectar a la inversión extranjera y a la confianza de los inversores nacionales. Sin embargo, el compromiso de construir nuevas viviendas y mejorar la infraestructura podría estimular sectores clave de la economía.

La creación del ‘Great British Energy’ es otra iniciativa que merece atención. Este proyecto no solo busca reducir las facturas energéticas de los ciudadanos, sino que también podría generar empleos de calidad en el sector energético. Esto podría tener un efecto positivo en el mercado laboral y en la estabilidad económica a largo plazo.

La terminación de las huelgas nacionales es un logro notable que podría mejorar la productividad y la eficiencia económica del país. Sin embargo, la implementación de estas políticas no estará exenta de desafíos. La necesidad de tomar decisiones impopulares y de imponer cargas fiscales adicionales podría generar resistencia por parte de ciertos sectores de la sociedad.

Para los inversores, entender cómo estas políticas afectarán a diferentes sectores es crucial. El aumento en la construcción de viviendas puede beneficiar a las empresas de construcción y a los proveedores de materiales. Por otro lado, los impuestos más altos para los ricos podrían tener un impacto negativo en el sector de gestión de patrimonios.

En términos de infraestructura, la mejora del sistema de transporte y la reducción de las listas de espera del NHS podrían tener beneficios económicos significativos. Un sistema de transporte eficiente permite una mayor movilidad laboral y puede reducir los costos operativos para las empresas. Del mismo modo, la mejora en el sistema de salud puede aumentar la productividad laboral y reducir las ausencias por enfermedad.

Para aquellos interesados en profundizar más en el impacto de estas políticas, pueden consultar este artículo de Financial Times sobre cómo las políticas fiscales afectan a la economía.

La pregunta que queda en el aire es: ¿Podrá Keir Starmer equilibrar las necesidades de crecimiento económico con las demandas de justicia social y fiscal? ¿Qué opinas sobre las decisiones impopulares pero necesarias que propone el primer ministro?