La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva.

El FMI insta al BCE a relajar su política monetaria y reducir las tasas de interés

En una reciente declaración, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha instado al Banco Central Europeo (BCE) a modificar su política monetaria. La institución financiera global, que está orientada a fomentar la estabilidad económica mundial, sugiere que el BCE debería relajar su política monetaria y reducir las tasas de interés hasta dejarlas en torno al 2,5% a finales del tercer trimestre de 2025. Esta recomendación se basa en las perspectivas de desinflación.

Esta propuesta del FMI se emitió en el contexto de una reunión de los ministros de Economía de la eurozona en Luxemburgo. La presidenta del FMI, Kristalina Georgieva, presentó el informe sobre la economía europea, enfatizando en la relevancia de la política monetaria para mantener ancladas las expectativas de inflación. «Una relajación monetaria continuada y gradual permitiría evitar una política monetaria demasiado restrictiva», señala el informe.

Perspectivas de inflación y la política monetaria

El informe del FMI también apunta a las cambiantes perspectivas de inflación y cómo estas pueden influir en la política monetaria óptima. «Las perspectivas de inflación pueden cambiar con el tiempo a medida que se disponga de más información», destaca el texto. Este hecho puede tener un impacto significativo en «el curso adecuado de la política monetaria». Sin embargo, el informe también reconoce que «en última instancia, las decisiones dependerán de la información disponible».

Este llamado a la acción del FMI se produce después de la decisión del Consejo de Gobierno del BCE de reducir las tasas de interés en la eurozona por primera vez desde 2019. El 6 de junio, el BCE disminuyó la tasa de referencia para sus operaciones de refinanciación a 4,25%, la tasa de depósito a 3,75%, y la tasa de facilidad de préstamo a 4,50%.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, respondió a la sugerencia del FMI señalando que la institución seguirá aplicando un enfoque dependiente de los datos y que se realizará una revisión en cada reunión. De esta forma, el BCE no se compromete por adelantado con ninguna senda de las tasas en el futuro. Lagarde reconoció que aún quedan meses «difíciles» y el camino por delante estará «lleno de baches».

La sugerencia del FMI de relajar la política monetaria y reducir las tasas de interés puede ser vista como un intento de estimular la economía europea en medio de un entorno económico incierto. Sin embargo, la decisión final recae en el BCE, que tiene que sopesar las perspectivas de inflación y el estado de la economía europea antes de tomar una decisión. La interacción entre estas dos instituciones financieras globales subraya la complejidad de la gestión económica en un mundo en constante cambio.

Por Daniel