Inversores Preocupados por el Alto Gasto en IA de Empresas Tecnológicas
Los inversores han empezado a preocuparse por las empresas tecnológicas que están gastando a lo grande en IA. Sin embargo, en uno de sus últimos informes, los analistas destacan que su enfoque está en el cuadro más amplio, lo que justifica la decisión de seguir sobreponderando este sector.
En el contexto de mercado, los expertos comentan que los inversores se cuestionan si los futuros ingresos de las principales empresas tecnológicas y de computación en nube justifican los miles de millones de dólares que se están invirtiendo en IA. Relatan que en los últimos meses, el entusiasmo del mercado por los beneficios de la IA se ha transformado en preocupaciones debido a la posibilidad de que las empresas que invierten significativamente en ella no vean los beneficios tan rápidamente.
Según su análisis, es fundamental discriminar entre empresas concretas y la economía en general a la hora de calibrar el impacto de estas inversiones. Por ello, indican que sobreponderan la temática de la IA y visualizan caballos ganadores a lo largo de la cadena de suministro.
No obstante, señalan que detectan señales que podrían hacerles cambiar de opinión, tales como un estancamiento del crecimiento de los ingresos o una lenta adopción de la IA.
En este sentido, afirman que el gasto de capital general de los principales actores de la tecnología y la nube ha aumentado en los últimos años, especialmente en los centros de datos que consumen mucha energía, en su carrera por desarrollar la IA.
Aunque las inversiones anteriores en última instancia llevaron a un aumento de los ingresos, ayudando a generar un retorno de la inversión, algunas investigaciones recientes han cuestionado si los ingresos de la IA por sí solos justificarán eventualmente esta ola de gasto de capital en ella.
Nerviosismo entre los inversores
Según el análisis, la inversión en IA podría compararse con el gasto de capital en innovaciones tecnológicas pasadas, como la computación en la nube. No obstante, reconocen que es posible que los accionistas no vean una mayor inversión en IA como el mejor uso de los balances corporativos. Así, observan una desconexión entre la visión de corto plazo de algunos inversores y las visiones de largo plazo de los proveedores de servicios tecnológicos y de la nube.
Esta divergencia ha generado nerviosismo entre los inversores, pero creen que se necesita paciencia. Algunos grandes inversores en IA han destinado gastos de capital para construir nuevos centros de datos y multiplicar exponencialmente la capacidad de procesamiento para IA. Estos planes tardan años, no trimestres, en completarse. Por lo tanto, puede llevar algún tiempo que los ingresos se materialicen por completo con el gasto de capital en IA.
Su visión es que hay margen para que el gasto de capital en IA en general impulse algunas de las olas de transformación estructurales que dan forma a los rendimientos.
Por ejemplo, destacan que los ingresos del segundo trimestre de Nvidia se duplicaron con respecto al año anterior, lo que demuestra que el gasto de capital en IA es considerable y continuo. Los resultados de Nvidia destacan cómo se está ampliando el desarrollo de la IA: más de la mitad de sus ingresos por IA provienen de sectores no tecnológicos.
Indicadores para justificar su optimismo
Para evaluar su optimismo, buscan señales de estancamiento del crecimiento de los ingresos en las principales empresas de IA, lo que aumenta la importancia de cada temporada de resultados. En segundo lugar, miden los cambios en la adopción de IA, que sigue siendo baja, más allá del sector tecnológico.
En tercer lugar, observan cualquier desaceleración del crecimiento de Estados Unidos que pueda impulsar a las grandes empresas tecnológicas a frenar el gasto.
La primera fase, la de desarrollo, se está produciendo ahora, mientras las grandes empresas tecnológicas compiten por invertir en centros de datos. Los primeros ganadores de esta fase incluyen a los grandes gastadores y a los productores de chips. También ven oportunidades en las empresas que suministran insumos clave como la energía, los servicios públicos y el sector inmobiliario.
En la segunda fase, creen que la adopción de IA se expandirá a sectores más allá de la tecnología, como la atención médica y las finanzas. Esto podría resultar en una tercera fase de amplias ganancias de productividad, pero el tamaño y el impacto son inciertos.
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