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Retrasar la Edad de Jubilación: Un Riesgo para la Salud y la Economía, Según Fedea

Retrasar la edad de jubilación aumenta el riesgo de morir entre las edades de 60 y 69 años y, además, no es rentable, en términos económicos, para el conjunto de la sociedad. A esta conclusión llega un informe difundido este miércoles por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), que sostiene que los ahorros fiscales derivados del retraso en la jubilación y la consiguiente reducción de la duración de los pagos de las pensiones no compensan «la pérdida social asociada a la reducción de la esperanza de vida», lo que sugiere que esta clase de reformas «no es económicamente beneficiosa en el contexto más amplio del bienestar social».

Impacto en la Esperanza de Vida

El informe de Fedea subraya que las políticas que buscan retrasar la edad de jubilación tienen un impacto negativo significativo en la esperanza de vida de los trabajadores. Según el estudio, la prolongación de la vida laboral incrementa el riesgo de fallecimiento entre los 60 y 69 años. Este hallazgo es especialmente relevante en el contexto de las reformas de pensiones que muchos países están implementando para abordar el envejecimiento de la población y la sostenibilidad de los sistemas de seguridad social.

El documento destaca que el estrés y las condiciones laborales a las que se enfrentan las personas mayores pueden ser factores determinantes en la reducción de su esperanza de vida. Además, la calidad de vida de los trabajadores se ve afectada negativamente al tener que permanecer en el mercado laboral durante más tiempo. En este sentido, el informe argumenta que la política de retrasar la jubilación no solo falla en mejorar la sostenibilidad económica, sino que también afecta negativamente al bienestar social.

Evaluación Económica de la Reforma

Desde una perspectiva económica, el informe de Fedea menciona que los supuestos beneficios fiscales de retrasar la edad de jubilación no son suficientes para justificar la reforma. Aunque se podría esperar una reducción en la duración de los pagos de pensiones, los ahorros obtenidos no compensan la «pérdida social» debida a la menor esperanza de vida. El análisis económico detalla que la reducción en los pagos de pensiones tiene un efecto limitado en comparación con el coste social de una vida laboral prolongada.

El estudio también cuestiona la sostenibilidad de esta política a largo plazo. Indica que, aunque la reducción en las pensiones puede parecer una solución efectiva a corto plazo, las consecuencias a largo plazo en términos de salud pública y bienestar social son mucho más perjudiciales. Por lo tanto, el informe concluye que las reformas que buscan retrasar la jubilación no son económicamente viables ni sostenibles en un contexto más amplio de bienestar social.

Alternativas y Recomendaciones

En lugar de retrasar la edad de jubilación, Fedea sugiere que se consideren otras medidas para mejorar la sostenibilidad de los sistemas de pensiones. El informe recomienda políticas que promuevan una vida laboral saludable y un entorno de trabajo más flexible para los trabajadores mayores. Además, sugiere que se incentiven formas de trabajo parcial o gradual que permitan a los empleados mayores mantenerse activos sin los rigores de una jornada laboral completa.

La formación continua y la recualificación profesional también se mencionan como estrategias clave para ayudar a los trabajadores mayores a mantenerse en el mercado laboral. Fedea propone que se invierta en programas de formación específicos para este grupo de edad, facilitando así su adaptación a nuevas tecnologías y métodos de trabajo.

Contexto Internacional

El informe de Fedea también analiza el contexto internacional, comparando las políticas de jubilación en distintos países. Se observa que en aquellos países donde la edad de jubilación se ha retrasado, los efectos negativos en la salud y el bienestar de los trabajadores mayores son evidentes. En contraste, países que han adoptado enfoques más flexibles y centrados en el bienestar de los empleados han logrado mantener un equilibrio más saludable entre sostenibilidad económica y bienestar social.

En este sentido, el informe cita ejemplos de países nórdicos que han implementado políticas de jubilación más flexibles y han invertido en el bienestar de sus trabajadores mayores. Estos países han logrado no solo mantener la sostenibilidad de sus sistemas de pensiones, sino también mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. El estudio sugiere que otros países deberían considerar seguir estos ejemplos y adoptar políticas similares.

Para más detalles sobre el informe y las recomendaciones de Fedea, puedes visitar la Fundación de Estudios de Economía Aplicada.