Unos okupas propalestinos ponen en jaque la convivencia en la Universidade de Santiago

La Ocupación Universitaria y Su Impacto en la Salud y el Bienestar

El pasado viernes marcó 17 días de ocupación por parte de unos cien activistas propalestinos en la Facultad de Historia de la Universidade de Santiago de Compostela (USC). Este acto de protesta ha planteado problemas de seguridad y ha causado la reubicación de casi cincuenta exámenes a otras facultades.

El peligro subyacente de este asunto es que la ocupación está teniendo lugar en un edificio con deficiencias, lo que representa un riesgo para la salud y el bienestar tanto de los ocupantes como de la comunidad universitaria en general. Además, la creciente radicalización de los manifestantes, que recientemente boicotearon una sesión del consejo de gobierno de la USC, ha aumentado la tensión en el campus.

El decano de la Facultad de Geografía e Historia, Marco Virgilio García Quintela, expresó su preocupación al respecto, declarando: «Las dos funciones que me atribuyen los estatutos de la USC, que son garantizar la buena marcha de la docencia y la responsabilidad de la seguridad del edificio, están colapsadas, usurpadas, eliminadas».

El Impacto en la Educación y la Salud Mental

La ocupación de las aulas ha obligado a desplazar un total de 48 exámenes a otras facultades, lo que ha sumado un estrés adicional a los estudiantes durante un período ya de por sí estresante. Según la USC, este recuento incluye exámenes programados para las próximas semanas. Las facultades de Filosofía y Medicina han asumido la mayor parte de estos traspasos, acogiendo 30 y 17 exámenes respectivamente.

El estrés académico, como el que se experimenta durante los exámenes o cuando se altera la rutina de estudio, puede tener un impacto significativo en el bienestar mental de los estudiantes. Investigaciones han demostrado que el estrés crónico puede llevar a problemas de salud como insomnio, depresión y ansiedad. La incertidumbre y la falta de control sobre la situación solo pueden exacerbar estos problemas.

Además de los efectos en la salud mental, la ocupación también ha tenido un impacto directo en la salud física y el bienestar de la comunidad universitaria. Los ocupantes, muchos de los cuales no son estudiantes de la USC, han colonizado los pasillos de la primera y segunda planta del edificio con tiendas de campaña, sacos de dormir y otros enseres personales. Esta irrupción ha obligado a los responsables del centro a aumentar los esfuerzos de limpieza y seguridad.

La Salud y la Seguridad en Tiempos de Protesta

El viernes pasado, los manifestantes no solo se limitaron a la facultad de Historia, sino que también boicotearon una sesión ordinaria del consejo de gobierno de la USC. Esta acción provocó la suspensión de la reunión «ante la imposibilidad de realizarla con garantías democráticas y de seguridad», según explicaron fuentes de la universidad.

En respuesta a estos acontecimientos, el rector de la USC tiene previsto convocar a «diferentes instancias» para discutir la situación y buscar un «máximo consenso sobre las decisiones a tomar». También planea convocar a representantes de los estudiantes.

Es importante recordar que, si bien la protesta es un derecho, es fundamental garantizar la salud y seguridad de todos los involucrados. En situaciones de protesta, es esencial mantener un entorno seguro y saludable tanto para los manifestantes como para aquellos que no participan en la protesta.

Esta situación en la USC pone de manifiesto la necesidad de equilibrar el derecho a la protesta con la preservación de un ambiente de estudio seguro y saludable para todos los estudiantes. A medida que la situación continúa desarrollándose, es fundamental que se tomen medidas para asegurar el bienestar de todos los miembros de la comunidad universitaria.