La sede del BBVA en Madrid.

El pasado lunes, el mercado vio cómo el Sabadell rechazó tajantemente la oferta de fusión por absorción propuesta por el BBVA. Esta oferta, que se describió como «no solicitada, indicativa y condicionada», fue considerada por Sabadell como un intento de infravaloración de sus ambiciones y perspectivas de crecimiento. Tras este rechazo, queda por ver cómo reaccionará BBVA, que tiene tres posibles rutas a seguir: desestimar la operación, presentar una Oferta Pública de Adquisición (OPA) hostil o hacer una contraoferta. Los expertos parecen inclinarse por la última opción, pues una OPA hostil es poco probable que fructifique.

Según Ane Roa, analista de Norbolsa, «Creemos que podríamos ver una contraoferta desde BBVA, pero veo poco probable que empiecen a lanzar una OPA». En la misma línea, Juan J. Fernández-Figares, director de gestión de inversión colectiva de Link Securities, asegura que BBVA debe tener un plan B, ya que la respuesta inicial de Sabadell no debió sorprenderles.

En un informe de ‘Expansión’, Citi estima que la posición de capital de BBVA «le deja espacio para mejorar su oferta añadiendo dinero en metálico». En concreto, podrían añadir un 10% de la operación en efectivo (0,2 euros por acción o 1.100 millones de euros). La oferta rechazada por el Sabadell era de 2,26 euros por acción y una prima de alrededor del 30%.

Para que la operación se reanude, BBVA deberá preparar una oferta que convenza tanto a Sabadell como a los inversores. Entre las cuestiones pendientes se encuentra qué sucederá con TSB, la filial británica de Sabadell, presidida por Josep Oliu. A esto se añade el posible coste de romper las alianzas del banco en seguros, gestión de activos y medios de pago, algo que costaría alrededor de 1.100 millones de euros, según los cálculos de Citi.

El Banco Central Europeo (BCE) juega un papel fundamental en este nuevo paso, ya que busca ejercer un mayor control en la banca y tener una mayor concentración de los mismos. Sin embargo, la OPA hostil está descartada, como apunta el analista de IG, Diego Morín, que indica que esta operación podría acarrear mayores riesgos para la entidad, pudiendo alcanzar una prima entre el 40-45%.

En un comunicado interno enviado a la plantilla del Sabadell, Oliu reiteró que la propuesta «no es satisfactoria para los intereses de la entidad ni para sus accionistas». Aseguró que tienen «una gran confianza en la marcha del banco y en los planes que se están ejecutando». Estas palabras reflejan la confianza de la alta dirección del Sabadell en su plan estratégico, que pasa por seguir creciendo de forma orgánica y, probablemente, también mediante adquisiciones.

«El banco está creciendo a buen ritmo, mejorando mucho su rentabilidad. No veo por qué no puede seguir creando valor para el accionista como entidad independiente», añade Fernández-Figares. En sus últimas cuentas presentadas, relativas al periodo comprendido entre enero y marzo de 2024, se reflejó esta buena marcha. El banco ganó 308 millones de euros, un 50,4% más que el año anterior, elevó su rentabilidad que espera obtener en el año a más del 12% y prevé superar en el conjunto del ejercicio los 1.332 millones de euros que obtuvo el año pasado, el mayor beneficio desde su fundación en 1881. «La situación macroeconómica actual le va a aportar en la generación de ingresos gracias al reprecio de la cartera», recuerda Roa.

Por Daniel