La actividad económica en el ámbito manufacturero estadounidense «continuó en descenso» en el mes de enero. El PMI manufacturero se situó en el primer mes del año en los 46,9 puntos, un rápido incremento desde los 46,8 registrados en el último mes del año, si bien sigue en lote contractivo, según los datos terminantes publicados por S&P Global Market.
Según el organismo que propaga los datos, «la recesión general en el primer mes del año fue impulsada por una fuerte contracción en los nuevos pedidos, una exclusiva caída en la producción y los sacrificios continuos para achicar los inventarios». Las condiciones de demanda enclenques se derivaron de las ventas moderadas tanto en el mercado de adentro como en el de exportación.
La disminución en las ventas novedosas se suavizó respecto a la observada en el último mes del año, pero, no obstante, fue la segunda mucho más aguda en poco mucho más de un par de años y medio.
Hasta entonces, el coste de los insumos y los costos de salida aumentaron a un ritmo mayor, conforme las presiones se robustecieron de nuevo, pese a la «gran estabilización» en los periodos de distribución y la contracción en la adquisición de materiales de producción.
Los inferiores flujos de entrada de nuevos pedidos y una fuerte disminución en la cartera de trabajos atentos logró que la creación de cargos laborales se redujese aún mucho más, con un empleo que medra solo de manera fraccionada. No obstante, la seguridad del ámbito aumentó en la mitad de las esperanzas de una demanda mucho más fuerte en los próximos meses, una mayor seguridad de la cadena de suministro y también inversión en nuevos artículos.
Chris Williamson, economista jefe de negocios de S&P, resalta que “pese a subir en el mes de enero, el PMI sigue en entre los escenarios mucho más bajos registrados desde la crisis financiera mundial, lo que señala una tasa alarmantemente pronunciada de disminución de la salud del campo productor de recursos».
«El campo manufacturero se convirtió en un lastre esencial para el PIB«, añade, y valora que «las cadenas de suministro mejoradas y la demanda mucho más enclenque deberían contribuir a supervisar las presiones sobre el valor de fabricación en los próximos meses, si bien el rápido repunte en los indicadores de valor de entrada y precio de venta de la encuesta de enero recomienda que el sendero hacia una inflación mucho más baja podría ser mucho más accidentado de lo adelantado».
EL ÍNDICE ISM
Este miércoles se ha anunciado asimismo el índice que realiza para el ámbito el Institute of Supply Management (ISM), en el que se comprueba que «la actividad económica en el campo manufacturero se contrajo en el primer mes del año por tercer mes consecutivo, después de un periodo de desarrollo de 28 meses».
El indicio de enero se situó en los 47,4 puntos, en descenso desde los 48,4 registrados en el mes de diciembre, y se transforma en la cifra mucho más baja desde mayo de 2020, en el momento en que cayó hasta los 43,5 puntos.
El índice de nuevos pedidos se sostuvo en territorio de contracción con 42,5 puntos, 2,6 entidades bajo la cifra de diciembre, al paso que el índice de producción cayó 0,6 puntos, hasta los 48. Los costos subieron en 5,1 puntos, hasta los 44,5.
El índice de empleo continuó en territorio de expansión (50,6 puntos, 0,2 menos que en el mes de diciembre) tras salir de territorio contractivo en el mes de noviembre.
«La lectura del índice de enero refleja la desaceleración de las compañías para agradar mejor la demanda en la primera mitad de 2023 y prepararse para el desarrollo en la segunda mitad del año«, resalta Timothy R. Fiore, presidente del ISM.
Los investigadores de Oxford Economics destacan que la primera lectura del año «no es alentadora y apunta un mal comienzo de año para las factorías«.
«Adelantamos mucho más mal en los próximos meses, puesto que la política monetaria restrictiva y el endurecimiento de las condiciones financieras anteriormente arrastran la actividad manufacturera. El apogeo de la demanda de recursos inducido por la pandemia está claramente en el espéculo retrovisor, y un ambiente macroeconómico desafiante va a hacer que la producción de las factorías caiga en 2023″, añaden.
Desde Pantheon Macroeconomics expresan que «la fabricación está peleando en frente de los costes de endeudamiento mucho más altos, la desaceleración del desarrollo en el gasto de capital de adentro y una demanda global mucho más enclenque.
«La mejor novedad es que el repunte del ámbito manufacturero de China probablemente estabilizará la actividad manufacturera de EEUU en los próximos meses. El abandono de la política de cero covid afectó en un inicio a la economía de China, pero el encontronazo inicial en este momento da paso a un marcado repunte de la actividad conforme la vida regresa a la normalidad», añaden.