La presión económica va a poner a prueba la resiliencia europea en 2023. Europa se encara a los peligros que suponen la reformulación del sistema energético global, el populismo estadounidense y las desavenencias geopolíticas.
Los costos de la energía han descendido desde el verano y la racha de buen tiempo ha permitido que las reservas de gas estén prácticamente al límite, pero la crisis energética prosigue representando un riesgo en un largo plazo. Los costes del gas están seis ocasiones sobre su media histórica y las reservas deberán regresar a llenarse en 2023 y en esta ocasión sin contar para nada con el gas ruso.
La guerra prosigue provocando inseguridades financieras. La inflación energética prosigue ayudando al grupo de la inflación y afectando a la economía europea. Esto piensa un problema para el Banco Central Europeo en tanto que precisa subir los modelos de interés para sostener los costos bajo control siendo consciente que una subida excesiva puede desequilibrar a los integrantes mucho más enclenques de la región euro.
La guerra no solo ha expuesto inseguridades financieras sino más bien asimismo inseguridades en los modelos de negocio de sus compañías. Demasiadas compañías industriales, singularmente las alemanas, tenían una excesiva dependencia de las aportaciones energéticas rusas. Asimismo ha incrementado el número de compañías que dependen, en su mayor parte, de China, otra autocracia que representa un peligro potencial, como mercado final.
Encima, otro peligro potencial se ha sumado a la lista desde un aliado clásico. El nuevo “nacionalismo” económico estadounidense amenaza la actividad transatlántica con un torbellino de subsidios y proteccionismo. Muchas compañías están reaccionando a los subsidies y han comenzado a achicar inversión en Europa para acrecentarla en EEUU.
Europa precisa resguardar su economía y para esto debe iniciar centrándose en el mercado energético. Para achicar en un largo plazo los costes de la energía, Europa debe apresurar en la transición hacia energías renovables mientras que incita la rivalidad en el libre mercado.
Asimismo se debe amoldar a una novedosa situación geopolítica y emprender los nuevos peligros potenciales para su seguridad lo que supone acrecentar su gasto en defensa y mucho más sabiendo que EEUU está con un ojo puesto en Asia y es cuestión de tiempo que centre allí sus sacrificios.